Las causasHawthorn fue señalado por muchos como el culpable causal de la tragedia, pero la organización lo eximió de cualquier castigo al concluir que “habían confluido una serie de factores fortuitos que fueron los que desataron la tragedia final”.
Estado en el que quedó el Austin Healey de Lance Macklin, luego del brutal impacto con el 300SLR de Levegh. La inercia del golpe hizo que el ligero coche rebotara con las defensas de ambos lados de la pista, causando la muerte a un espectador. El piloto resultó ileso.El propio Hawthorn se auto-absolvió de cualquier responsabilidad en el accidente, señalando que había señalado su maniobra de entrada en los boxes y había dejado espacio suficiente para que Macklin pudiera rebasarle. El compañero de volante de Hawthorn, Ivor Bueb, fue incluso más allá, afirmando que el Mercedes "era un coche muy peligroso" y que "si el motor, transmisión y otras partes del vehículo no se hubieran desprendido, el número de víctimas no hubiera sido tan alto"...
La escena del accidente. Puede verse el cuerpo de Pierre Levegh en la pista, después de haber salido despedido del vehículoEn su autobiografía, Hawthorn llegó a señalar de manera mas o menos velada que la responsabilidad del accidente era de Lance Macklin y su maniobra defensiva frente al cruce. Macklin respondió inmediatamente demandando a su compatriota por difamación, aunque este caso nunca llegó a ser juzgado por la muerte de Hawthorn el 22 de enero de 1959, en un accidente de tráfico, producido al estrellar su Jaguar 3.4 Mk 1 contra un camión y luego contra un árbol.
Imagen del accidente donde perdió la vida Mike Hawthorn el 22 de enero de 1959. En un irónico y amargo giro del destino, algunas fuentes dicen que el accidente ocurrió luego que Hawthorn se picara con su amigo Rob Walker, que conducía un Mercedes-Benz 300SL. Hay quien ha llegado a decir que el accidente fue un "castigo divino" por su implicación en el accidente de Le Mans: Al parecer, sufría una enfermedad renal, y los médicos le habían pronosticado que sólo viviría unos meses más.El piloto británico de Jaguar (que en 1958 fue el primer campeón británico de Formula 1, corriendo con Ferrari), fue oficialmente reconocido como vencedor de trágica edición de LeMans en 1955: Los responsables de la carrera, aún ante la dantesca situación producida por el accidente, decidieron sorprendentemente proseguir con la misma, para "evitar que cundiera el pánico, que habría dificultado las labores de rescate de los heridos y el trasiego de las ambulancias”, según dijeron.
Video en el que se puede observar el detalle del circuito de La Sarthe en 1955 y del accidenteLas imágenes de la época atestiguan que en el circuito de La Sarthe no cabía ni un alfiler en las gradas y laderas, desprotegidas sin vallas, ni altas ni bajas, ni muros de hormigón, ni de neumáticos, ni escapatorias de grava, como se estilan ahora.
Vista de la multitud asistente a las 24 horas de LeMans de 1955. Se estima que asistieron más de 250.000 personas.Asimismo, no podemos olvidar que el trazado, a las afueras de Le Mans, consistía entonces en meras carreteras vecinales cortadas al tráfico, sin peraltes y sin protecciones.
Del mismo modo, los
boxes no estaban separados de la recta principal, y constaban únicamente de un espacio de tres metros de ancho al lado de la pista, al que los pilotos podían acceder directamente desde cualquier punto de la trazada contigua.
Vista de la recta principal de LeMans en 1955. La zona donde se encuentra el público de pie era, adicionalmente, el área de los boxesPara añadir insulto a la injuria, cualquier espectador sin dos dedos de frente podía cruzar la pista, como ocurrió en los entrenamientos previos del viernes por la noche: el piloto Élie Bayol (Gordini) perdió el control de su bólido al intentar esquivar a dos intrusos que hicieron caso omiso a un gendarme y cruzaron la calzada, derrapando y volcando en la zona de Maison Blanche.
En ese accidente, el piloto francés se fracturó el cráneo y se rompió varias vértebras, pero sobrevivió. Fue un primer aviso del peligro intrínseco de Le Mans.
El piloto francés Élie Bayol, al volante de un Gordini, en el Gran Premio de Argentina de 1955. Nótese la ausencia de cinturones de seguridad y de vestimenta de protección, amén del uso de un casco parcial. Todo ello era práctica común en la parrillaPero incluso hubo un segundo aviso el sábado, con un accidente adicional ocurrido a los pilotos Claude Storez (Panhard) y Stirling Moss (Mercedes), también en la zona de boxes. En este incidente también resultó afectado el piloto Jean Behra (Maserati), quien se encontraba en las inmediaciones.