Pocas personas saben que existieron versiones convertibles no-oficiales de los W123, realizadas de manera artesanal por distintos carroceros. El más renombrado de ellos fue Crayford Engineering, de Kent (Inglaterra).
A lo largo de su historia, Crayford se especializó en la conversión de coupés a convertibles, trabajando principalmente con fabricantes generalistas tales como Mini, BMC, Ford y Audi. Sin embargo, la cúspide de sus habilidades en la creación de descapotables se alcanzó a partir de su asociación con Mercedes-Benz, aunque los comienzos fueron un tanto amargos...
El fabricante alemán siempre ha sido muy celoso con su marca, y en un principio su actitud fue de escepticismo y reducida colaboración con Crayford. Esta animadversión llegó incluso a niveles de franca hostilidad, al intentar detener legalmente la exhibición de la primera conversión de un coche Mercedes-Benz en el Salón del Automóvil de Londres. Del mismo modo, la firma alemana se opuso a que Crayford utilizara el logo de la estrella en sus folletos y documentación comercial.
Pero a medida que pasaba el tiempo, Crayford se fue ganando la confianza de Mercedes-Benz, tanto por el trato de calidad que daba a sus conversiones y la calidad de sus acabados, así como de la demanda de las mismas. Así pues, Mercedes comenzó a certificar las conversiones y acordó mantener la garantía en aquellas unidades modificadas por Crayford.
El coche más vendido de Crayford fue la versión convertible del W123 280CE, denominado por el carrocero como “St. Tropez”. Su éxito se basó principalmente en que fue el primer convertible con capota motorizada (con la excepción de Rolls-Royce) desde que Ford dejó de producir la gama Zephyr MkII/ Zodiac.
En este coche, las capotas fueron elaboradas usando los mejores materiales, con una estructura de accionamiento eléctrico y mecanismos hidráulicos adaptados de coches americanos (Ford Mustang), bien conocidos por el carrocero por haberlos usado en otras transformaciones. Estas conversiones de los W123 fueron de producción muy exclusiva y limitada, con un coste de casi 12.000 libras esterlinas en 1976. Ello sin contar con el precio de fabricación del coche y su equipación opcional.
Crayford también llegó a convertir un W116 de cuatro puertas en un semi-convertible (laundelet), bajo pedido de uno de los jeques de Kuwait. Sin embargo, el coche sufrió daños durante su transporte a Crayford, causado por estibadores kuwaitíes. La casa real kuwaití envió una carta a Crayford asegurando que cuando encontraran a los infractores, les castigarían cortándoles una mano...
(extracto tomado y traducido del foro de Crayford Convertible Car Club. Originalmente publicado en la página de Facebook del club)