Se cumplen 6 meses desde que La Chona está por casa, y tras algo más 2.000 Km juntos empiezo a creer que ha pasado -digámoslo de algún modo- la cuarentena y se afianza como “mi” W123. He sopesado durante unos días si realmente se merece un post como este, pues puede parecer algo pretencioso para un coche que ni es de concurso, ni pretende serlo (no puedo invertir tanto en un coche), sólo es un W123 común y corriente, uno más en su hábitat natural, la carretera. No, en realidad esto tiene más que ver con ese puntido de exhibicionismo que todos tenemos, teniendo la utilidad, para mi particularmente, de ir confeccionando un historial del coche desde que soy yo su propietario así como un diario del mismo con mis impresiones. Esto normalmente no interesaría a nadie, pero como por el foro somos muy cotillas he decidido finalmente presentarles más a fondo mi coche, y de algún modo a mí mismo.
Otro motivo aún más importante, es que así podré contar con vuestra participación con consejos, recomendaciones o sugerencias sobre lo que le hago o dejo de hacer al coche, participación que comenzaré agradeciendo de antemano: Gracias.
El nombrado por mí “La Chona” (derivado de Merche-Merchona) es un Mercedes 280CE de finales de 1979, automático que encontré aquí en Canarias, anunciado en un conocido portal de venta de toda clase de cosas en internet. El coche fue importado y matriculado en Madrid en 1993, contando con un historial penoso de traspasos (soy el 9º propietario desde 1993) casi todos en los últimos 6 o 7 años (eso ya dice mucho de cómo se lo han ido quitando de arriba sus dueños, pero yo no pillé la indirecta en el informe de tráfico y seguí adelante)
Así estaba el coche cuando el anterior propietario lo compró (2012).
El anterior propietario (a quien yo se lo compré) lo intentó restaurar pero lo dejó en la pintura sin hacerle absolutamente nada de mecánica (ni lo más básico), debí sospechar del porqué se lo quitaba tan rápido (en menos de un año), creo que ya había calculado lo que necesitaba para dejarlo bien de mecánica y no le salieron las cuentas. La estética del coche me enamoró totalmente sobretodo su “pose” exterior, aunque lo que había bajo el capó daba pena de ver. Detecté muchos fallos que desprecié individualmente, pero que puestos en una lista habrían echado atrás a cualquiera, pero yo ya no podía, quería ese coche. La principal causa por la que finalmente me decidí a comprarlo fue que no encontré corrosión (para mí lo más importante) ya que ese fue el motivo esencial por el que me tuve que deshacer de mi anterior 240D de “restauración inviable”
Así estaba el coche cuando yo lo compré (2013).
Cuando probé el coche para comprarlo vi que:
Montaba un volante luisi de madera no apto para un mercedes (además de feo).
Fuerte olor a gasolina en las plazas traseras (seguro que es la bomba)
Piloto trasero izquierdo roto (un golpe)
Faros oscurecidos para disimular que el derecho estaba roto.
Elevalunas trasero derecho (manual) no funciona
Neumáticos con buen dibujo pero resecos y cuarteados, prueba inequívoca de que estuvo mucho tiempo al sol sin circular. (Directos a la basura los 4)
No funciona la radio, el tempomat ni el aire (aunque el vendedor tampoco los mencionaba en el anuncio).
Mal arranque en caliente (pensé que se debía a la bomba rota -errrrooooorrr!!-)
El seguro de la puerta derecha no se cierra con el CC pero si se abre (curioso)
Motor muy sucio, ruidoso y con una fuga de aceite brutal por la junta de la caja de balancines
Algunos plásticos del interior rotos
Y todas esas cosas “normalmente” dañadas en un coche de 34 años (holguras y desajustes incluidos)
El resto de los fallos (aún habrían más) los detectaría después de haberlo comprado, ya en casa.
Si alguien se pregunta a estas alturas si estaba loco cuando lo compré que sepa que al día siguiente, ya en casa, yo pensé lo mismo, y cuando hice y leí la lista de lo que quería arreglar fue para echarse a llorar… Aunque seamos sinceros, tambien tenia algunas cosa bien.
Continuará…