Hoy cumple 32 años mi venerado coche. Levanta admiración por donde pasa aquí por sudamérica, sobre todo en paraguay, donde hay varios pero en pésimas condiciones. Una visita para cambiar neumático o simple lavado, dura el doble, por las preguntas, y curiosidad de las personas, mirando cada detalle.
Ayer visite a un taller de clasicos y siendo expertos, admiraron el estado.
No pude viajar, por la salud de mi padre, pero disfruto con el coche conduciéndolo.